Por ahí escuche que, no hay amor más sincero que el amor a la comida... la verdad yo no soy muy fan sobre el arte culinario... pero obviamente soy muy tragón. Sin menospreciar el sazón de mi madre, yo me trago lo que me de comer. Conozco mucha gente que come lo que le gusta... y lo come seguido (jajaja) lo cual esta bien... hasta que llegan las enfermedades y radicalmente deben cambiar su dieta.
El amor al arte... muchas cosas se hacen por amor al arte... es ahí donde te pierdes, pues es lo que en verdad te gusta... y aunque no muchos no comprendan el "¿por que?" de lo que haces, no siempre se trata de impresionar a los demás. La onda es sorprenderte a ti mismo... ya sea por cagadas o éxitos. ¿Perder la capacidad de asombrarse? Me asombra que sea posible perderla.
En fin, para todo esto se necesita dinero. Quien no tiene dinero suficiente, no se cura ni se educa, no come ni se aloja. Algunas personas encuentran soluciones fáciles. Una anécdota nos dice que Maria Antonieta, siendo reina de Francia, escuchaba a una multitud quejarse. Preguntó que les pasaba. Una de sus ayudante le contesto que tenían hambre, pues había escacez de pan y su respuesta fue "Pues que coman pasteles".
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